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AGUAS DE CONSUMO HUMANO: Proceso de potabilización y distribución.

Un elemento indispensable para la vida, por su relevancia para cualquier actividad humana y por su implicación en la mayor parte de las reacciones vitales de los organismos vivos, es el agua. Y precisamente es el ser humano quien, al utilizar para su consumo este líquido elemento, más productos de desecho elimina en su seno. Es por ello vital conocer la calidad de este líquido ya que, al ser un elemento limitado, es necesario mantener sus parámetros característicos dentro de unos límites aceptables. ¿Qué es el agua de consumo humano? El Real Decreto 3/2023, de 10 de enero, por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua del consumo, su control y suministro, definía agua de consumo como el “ Agua para uso humano, ya sea en su estado original o después de su tratamiento, utilizadas para beber, cocinar, preparar alimentos, higiene personal u otros fines domésticos, tanto en locales públicos como privados, independientemente de su origen y si se suministra

Clasificación, recogida y tratamiento de los RESIDUOS URBANOS. Legislación aplicable.

Actualmente, debido a la gran cantidad de residuos generada, es necesario establecer una normativa y una gestión adecuada de los productos de desecho. Par ello, la legislación a considerar a nivel estatal es la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados.

La gestión de residuos en la Ley 22/2011, de 28 de julio.

El capítulo II del Título IIII es el apartado en el que se regula este aspecto. En la sección 1º se detallan las obligaciones de los gestores de residuos (artículo 20). Mientras que, la sección 2º se dedica a los objetivos y medidas de la gestión de residuos (artículos 21, 22 y 23).

Esta Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados define residuo como “cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la obligación de desechar”.

Los residuos urbanos son aquellos productos de desecho generados en los hogares o áreas residenciales tales como restos de comida, otro tipo de materia orgánica, papel, cartón, plásticos, cuero, goma, aluminio, latas y otros metales, restos de ropa (textil), madera, vidrio o cerámica. Los desechos de las industrias y comercios semejantes a las fracciones anteriormente mencionadas, también se clasifican en este grupo, así como los restos de trabajos de jardinería.

Una definición más formal de este tipo de residuo, viene recogida en el apartado b) del artículo 3 de la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos, donde se denomina a este tipo de desechos Residuos domésticos.

La gestión de residuos sólidos urbanos o domiciliarios.

La producción de residuos implica establecer una serie de actividades que permitan preservar los parámetros de salud pública y medio ambiental establecidos.

De esta manera, tratando adecuadamente estos productos de desecho, desde su generación en origen hasta su supresión o procesamiento final, se consigue gestionar los productos de desecho de manera eficaz.

Se puede decir que las principales fases la gestión de residuos urbanos son las siguientes:

  • La Pre-recogida abarca las actuaciones que se realiza con los productos de desecho tras su producción. Se trata de acciones en las que la ciudadanía tiene una gran importancia, ya que implican su manipulación, clasificación, acumulación y otras gestiones que son realizadas en los domicilios, oficinas, etc.

Esta fase concluye en el momento en el que estos residuos son depositados en los lugares adecuados (generalmente contenedores) y del modo preciso para que las entidades administrativas pertinentes, o aquellas por ellas contratadas, comiencen la siguiente fase de la gestión de estos desperdicios.

Tal y como se ha mencionado anteriormente, en la fase de pre-recogida, la población tiene un papel vital. Por ello, se hace preciso realizar una labor de concienciación eficaz sobre la correcta separación de residuos en origen con la ciudadanía implicada.  

  • El siguiente paso es la recogida de los residuos depositados en los contenedores habilitados para ello, ya sea por trabajadores propios del ayuntamiento (servicios municipales) o por empresas subcontratadas. Los vehículos empleados para recolectar los productos de desecho disponen de diferentes tipos de contenedores, según se realice esta recogida de manera hermética o abierta.
  • Una vez que los vehículos recogen los productos de desecho, éstos serán transportados hasta el punto de entrega; esto es, hacia las plantas de tratamiento o a lugares de entrega intermedios.
  • El último paso es el procesamiento final de estos residuos urbanos, proceso que engloba las actuaciones encaminadas a la recuperación o supresión final de los mismos.
  • La recuperación de estos residuos incluye procesos químicos, mecánicos, biológicos o valorización energética. A día de hoy quedará una fracción excedente que no podrá ser recuperada utilizando la tecnología disponible hoy en día. Esta fracción resto será depositada en vertederos o será incinerada según el caso.
  • Esta última fase de la gestión de los residuos puede llevarse a cabo de 3 modos diferentes:

1º Reciclaje y/o compostaje. Este proceso pretende convertir el producto de desecho en materia prima para determinados procesos productivos o actividades. 

Pueden reciclarse los residuos plásticos, el vidrio, el papel, el cartón, el aluminio y los elementos metálicos. 

Por su parte, el compost se obtiene de la materia orgánica residual procedente de la alimentación, restos de jardines, parques, etc. Es recomendable separar correctamente, en origen, estos desechos para una mejor calidad de este compost. Este material puede emplearse como abono en tareas de restauración y estabilización ya que mejora la porosidad del terreno, facilita la retención de agua, añade nutrientes al suelo, aumenta la capacidad fijadora del terreno, reduce los requerimientos de abono químicos y protege el subsuelo de la llegada de lixiviados.

2º Incineración. Mediante procesos de combustión de productos de desecho se posibilita, en ocasiones, la valorización energética de estos productos. Con la tecnología y eficacia de los filtros disponibles hoy en día es posible realizar este proceso de manera que las emisiones a la atmósfera sean las mínimas posibles. Aun así, al ser necesario controlar estas las emisiones a la atmósfera, así como la gestión de las cenizas y el paso de vehículos, es imprescindible evaluar y valorar su impacto en la ciudadanía, en el medio ambiente y la naturaleza.

3º Depósito en vertederos controlados. Una vez colmatados y cerrados, se vigilará su evolución para observar posibles efectos ambientales negativos que se puedan desarrollar en un futuro. Las revisiones y los controles a realizar tendrán que ver con procesos erosivos, emisiones de gases a la atmósfera, vertidos a aguas del subsuelo, drenaje de la superficie y correcto tratamiento de lixiviados.

4º Procesamiento biológico de los residuos como son la digestión anaerobia o la hidrólisis de celulosa para, por ejemplo, la generación de etanol.

La digestión anaerobia de productos orgánicos permite obtener una mezcla gaseosa compuesta de metano y CO2. Es un proceso que se emplea desde hace tiempo para tratar aguas residuales y estabilizar así los sedimentos sólidos.

 

En resumen, la clasificación, recogida y tratamiento de los residuos urbanos, precisa de la interrelación y correcta colaboración entre la población y las administraciones públicas encargadas de su correcta gestión. Sólo así, ésta se realizará de manera eficaz.


BIBLIOGRAFÍA Y DOCUMENTACIÓN DE INTERÉS.

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