Aquellas personas que fuimos a la EGB
escuchamos con frecuencia a nuestros abuelos comentar que “nadie da duros a
cuatro pesetas”. Es por ello que, nuestros datos son, con frecuencia, la moneda
de cambio de muchos servicios consumidos en Internet.
Pero... ¿Qué es el PISHING?
Tenemos que ser conscientes que, al igual
que ocurre en la vida real, en Internet y/o en las redes sociales existen
delincuentes que buscan conseguir datos personales y/o bancarios de los
usuarios haciéndose pasar por una entidad pública, un banco, una red social,
una ONG...
Así pues, nos tiene que quedar claro que
en la red, en nuestra vida virtual, también existen personas que intentan
realizar estafas de un tipo u otro.
En el caso que nos ocupa, la forma en que
estos ciber-delincuentes intentarán hurtar los datos personales de los usuarios
será por medio de llamadas telefónicas, mensajes de textos (SMS), correos electrónicos,
MMS (SMISHING), Whats-App, Telegram, etc.
¿Cuáles
son las consecuencias de este tipo de estafas?
A menudo, el anonimato que otorga la
pantalla de un ordenador, hace pensar a los usuarios que sus acciones no van a
derivar en consecuencias negativas.
Pero, en caso de no actuar con sentido
común, se puede sufrir PISHING y sus
efectos nocivos:
- Usurpación de identidad.
- Acceso a cuentas bancarias y hurto monetario.
- Acceso a tarjeta de crédito y su uso fraudulento.
- Otro tipo de fraudes.
- Obtención y comercio de datos personales.
- Remisión de información publicitaria.
Cómo
saber si se está sufriendo PISHING
La clave principal es actuar con sentido
común e intentar hacer caso de lo que nuestro instinto nos señale.
Un ejemplo que nos debe poner alerta es
recibir mensajes
con faltas de ortografías o errores gramaticales.
La recepción de escritos o
correspondencia sin remitente, esto es anónimas, y con saludos del tipo
“querido amigo” también deben hacernos desconfiar.
Comunicarse con las entidades bancarias en caso de duda es de suma importancia.
Así mismo, las prisas son malas
consejeras, por lo que las comunicaciones que inciten a realizar una acción,
compra, toma de decisión, etc. en un corto periodo de tiempo nos tienen que
poner sobre aviso. En tal caso, es importante ir a la fuente de la que parte la
información para conocer si realmente se está ofreciendo ese producto al precio
indicado o la entidad que nos solicita tal o cual información lo está
realizando en realidad.
Otro aspecto que puede ser indicativo de
que algo no va bien es que la dirección indicada en el texto recibido y/o el
enlace adjuntado para realizar determinada acción no sean el mismo.
Además, entidades, empresas, organismos
públicos etc. suelen emplear dominios propios en los correos electrónicos y no
cuentas de Yahoo, Gmail, Gmx, Hotmail, etc.
Por último, comentar que, hoy en día, la
mayoría de las entidades bancarias remiten a su página de banca online para
informar al cliente sobre:
- Servicios o productos (contratación o
ceses),
- Descuentos o regalos,
- Modificaciones en política de privacidad
o de seguridad de la entidad,
- Consejos para prevenir los fraudes,
- Incidencias relacionadas con la
privacidad y seguridad de los perfiles de sus clientes,
- Etc.
Así pues, en caso de recibir mensajes de
textos, correos electrónicos o Whats-App de nuestro banco informándonos sobre
alguno de los temas anteriormente mencionados, sería conveniente ponerse en
contacto con dicha entidad bancaria.
Por último, recordar que, en ningún caso
es recomendable pinchar enlaces o descargar ficheros si no se está
completamente seguro de la procedencia de los mismos.
En resumen, es conveniente actuar en
Internet, redes sociales y en cualquier experiencia virtual, de la misma manera
que nos comportaríamos en la vida real. Esto es, preguntémonos qué haríamos sin
una pantalla de ordenador delante y cómo actuaríamos ante un desconocido en la
vida real. De esta manera, aplicando el sentido común en todos los ámbitos de
nuestra vida, ésta será más segura en todos sus ámbitos.
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- Web del INCIBE.
- Web pantallas amigas.
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